El asunto es cómo vivimos y lo que nos empuja de fondo a vivir así. ¿Creemos que toda vida es importante? Sin dudarlo. Aunque lo que creemos es que merece la pena vivir desde todo aquello que nos hace crecer como personas, que nos ayuda a confiar en los otros, que nos señala la dignidad de las personas, la riqueza de lo que nos diferencia y, sobre todo, merece la pena vivir lo que nos posibilita vivir de otros modos, de tal manera que ni lo económico, ni el poder, ni el dominio… sean el centro de la vida.
¿Descafeinado? Sólo el café. Para la vida gritamos: No, gracias.
Y conste que nos atrevemos a gritar así porque confiamos en Francisco de Asís, nada sospechoso de vivir descafeinado. Somos lo que soñamos ser y él se atrevió a soñar un mundo de hermanos, un mundo en armonía con toda la naturaleza, un mundo abierto a la vida sin límites, un mundo sin violencia, un mundo sin señores, un mundo sin acumular y ambicionar… Cada uno/a tiene que encontrar su norte en la vida, y hoy como siempre no es fácil. Nosotros somos capuchinos y queremos vivir los sueños de Francisco. Si estás pensando en lo de siempre... ¡Olvídate!
Estamos hablando de vivir, de intentar llenar la vida con todo aquello que da coraje para darle sabor, para que junto con otros sigamos realizando los sueños de todos aquellos que han decidido VIVIR con mayúsculas.
¿Descafeinado? No, gracias. Queremos seguir a Francisco de Asís para ser felices, o al menos trabajar para que nuestra vida no se quede a medias. Este es nuestro camino, esto es lo que queremos vivir. ¿Y tú?
